Mascarilla facial purificante

El aceite esencial de Árbol de Té es conocido por sus propiedades antibacterianas, cicatrizantes, antimicóticas y antiodorantes.

El aceite esencial de Cajeput se utiliza en cosmética principalmente por su actividad antiséptica y por su perfume fresco de tono ligeramente afrutado.

Desde tiempos antiguos ha sido utilizada en campo estético por sus destacadas propiedades absorbentes, purificantes y astringentes; además, es excelente contra granos y forúnculos.

El extracto de Bardana se caracteriza por una marcada actividad dermopurificante, antipruriginosa y sebonormalizante.

Obtenido del tallo de bambú, confiere un efecto matificante y una sensación de piel lisa y suave, eliminando la sensación de piel grasienta.

Reduce la secreción de sebo, disminuyendo también el tamaño de los poros. Entre los activos se halla un ingrediente que se obtiene de las hojas de Barosma betulina. Esta planta, rica en flavonoides, permite activar un mecanismo de acción dentro de la célula que lleva a una inhibición de la cantidad de sebo. De esto se obtiene una mejora de la piel grasa, con una reducción de los poros del rostro dilatados y visibles y una matificación de las zonas con brillos. Otro fitocomplejo procede de la combinación de fracciones vegetales activas extraídas de: raíces y rizomas de Pimpinela mayor, rizomas de Jengibre y corteza de Canela. Gracias a sus componentes moleculares como taninos, aceites esenciales y saponósidos, confieren propiedades hemostáticas, astringentes y antibacterianas. El Ácido hialurónico aporta una profunda hidratación donde resulta carente.